1.7.12

Origami o papiroflexia es mucho más que hacer un pajarito



Cualidades artísticas, educativas y terapéuticas definen esta gran afición extendida en todo el mundo
Pasatiempo, arte, recurso educativo, técnica matemática y científica, instrumento de rehabilitación médica y psicológica... Son muchas las cualidades que acompañan a la práctica del origami o papiroflexia. A simple vista la actividad se reduce a doblar un papel para darle formas diferentes prescindiendo de cualquier otro material que no sea el propio pergamino. Sin embargo, detrás de esta habilidad se esconden infinitas posibilidades.
En Europa, el arte milenario japonés de doblar un papel para que adquiera un significado se llamó papiroflexia. Aunque con caracteres comunes, se trata de dos disciplinas con usos y aplicaciones independientes. En Japón va más allá de ser una afición, en ocasiones exquisita. De hecho, en sus inicios, los plegados se relacionaban con actos religiosos y ceremoniosos. Se utilizaban para realizar ofrendas o representar acciones heroicas, pero a medida que el papel se hizo popular y se abarató su precio, el campo en que se aplicaban los conocimientos de las estructuras de papel se amplió, y de simples pajaritas se llegaron a hacer figuras muy complejas.

Una disciplina con múltiples aplicaciones

Su visión artística. Seguir las pautas para realizar un plegado y conseguir la representación visual de aquello que se persigue crear es el resultado de una elaboración artesana. Muchos aficionados a esta disciplina afirman que cumple algunas de las características que definen la consecución de la belleza y la consideran un arte. De hecho, el carácter simbólico de las figuras les confiere un valor de comprensión y reconocimiento en todo el mundo.
Su carácter como pasatiempo. Sumergirse en las técnicas de la papiroflexia y conseguir figuras cada vez más difíciles es una afición que ofrecerá buenos momentos de ocio. Son precisas dosis de imaginación, intuición, orden e interés de superación personal. Además, es un ocio barato y flexible para el que es fácil encontrar tratados, cursos especializados o clubes que reúnan aficionados.
Como recurso educativo. Aunque hacer recortables es una actividad limitada a los primeros años de educación, en Japón, China y en los países nórdicos se concibe a la papiroflexia como una asignatura interdisciplinar con otras materias en cursos más avanzados. Está demostrado su valor pedagógico para el sentido creativo y artístico, pero también ayuda a la capacidad de concentración y es un buen modo de ejercer la motricidad fina de las manos porque desarrolla, entre otros aspectos, la percepción espacial.
Técnica matemática y científica. La geometría, tanto descriptiva como espacial, encuentra una importante ayuda para la demostración de teoremas en la representación material a través de elaboración de figuras. Un bonito modo de ampliar la investigación o concederle una visión más particular consiste en trasladarla a las figuras de papel, y si se hace sin añadidos, sólo plegando un papel, la calidad científica aumenta. Esa figura, y el propio proceso del plegado, ayuda a comprender conceptos como diagonal, vértice, mediana o bisectriz.
Su aplicación en la salud. Aunque todavía no es usual, la prescripción facultativa de dedicar un tiempo diario al origami para rehabilitación de traumatismos óseos o de afecciones tanto nerviosas como musculares en las manos adquiere una importancia creciente. También se han elogiado sus ventajas en psiquiatría como terapia ocupacional y de ayuda a la formación de disminuidos psíquicos. De hecho, personas con minusvalías pueden ser verdaderos artistas plegando papel.

Cómo aprender a doblar papel
La papiroflexia no es cosa de niños, de gente aburrida, ni de excéntricos orientales. Su aprendizaje requiere dosis de curiosidad y algo de habilidad manual. En los inicios se puede acudir a cursillos que ofrecen habitualmente clubes de papiroflexia, para ganar adeptos, o sociedades recreativas, pero también se puede optar por el autoaprendizaje. Si algo no falta en este campo son manuales y páginas web. Los comienzos son fáciles -hacer una pajarita no requiere mucha destreza-, pero conforme la afición crece los retos son cada vez más complejos, no sólo para seguir las instrucciones de una figura, sino también por el deseo de inventar una propia.

En esta disciplina universal existe la ventaja de contar con símbolos internacionales, lo que facilita la transmisión de modelos de unos autores a otros, sin que la diferencia de idioma constituya un obstáculo. De hecho, tiene también su propio lenguaje: esquina siempre será cada una de las cuatro puntas de un cuadrado; el pliegue, cada una de las líneas por donde se dobla el papel; la marca, la línea que queda en el papel después de efectuar un pliegue; el nudo, donde se cortan dos o más pliegues o marcas... y así hasta completar un profuso glosario de términos específicos.

DOBLAR...
Para doblar una figura no se necesita ser un experto, sólo hay que recordar unos consejos:
Utilizar papel manejable.
Realizar un plegado cuidadoso y pulcro, especialmente en los vértices.
Trabajar en una superficie dura y lisa.
La exactitud se alcanza pasando la uña del pulgar a lo largo del pliegue.
La exactitud mejora la calidad de la figura terminada.
Seguir cuidadosamente la secuencia de cada modelo.
Poner atención a cada paso, su dirección y ejecución.
Practicar y pensar cómo generar nuevas figuras.

El papel debe ser cuadrado.
Doblar el papel por la mitad en los sentidos.
Primer doble.
Doblar las esquinas hacia dentro en la diagonal.
Para marcar.
Doblar por la mitad en los dos sentidos.
Segundo doble

...Y DESDOBLAR

Primer desdoble.
Segundo desdoble.
Una de las solapas se dobla hacia la otra cara y se da la vuelta a toda la figura.
Se forma un rombo en el centro y se levantan y presionan las solapas izq. y dcha...
...uniéndolas en el centro

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Gracias por tus opiniones y comentarios